viernes, 3 de abril de 2015

LEUCIPO Y DEMÓCRITO. EL ATOMISMO.


Lo cierto es que los atomistas dieron vuelta al problema de los eleáticos: si lo que imposibilita el movimiento es que el no ser no es (y por lo tanto nada puede ir de un lugar a otro porque estaría moviéndose hacia algo que todavía no es), admitamos que no hay ser para que no haya movimiento. Hagamos que el no ser sea. Es decir, partamos ese ser inmóvil, continuo sin fisuras, de Parménides en bolitas de ser, en pequeñas bolitas de materia que no puedan dividirse, y que conserven los atributos del ser parmenideo, al tiempo que admitamos que entre esas bolitas de ser (infinitas, increadas, indestructibles, inalterables, homogéneas, sólidas e indivisibles) hay un espacio, un no-ser, en el que se mueven.

Las partes se llaman átomos. Y como estas bolitas de ser no tienen partes, se llama átomos, es decir, sin partes. Los atomistas, entonces, logran esquivar los problemas de la inmovilidad haciendo que no haya ser, vacío, y que en ese vacío pululen bolitas de ser que son los constituyentes de todas las otras cosas. Los átomos están permanentemente en movimiento, incluso cuando ya han formado compuestos, lo cual explica que de una cosa surja otra: son simplemente átomos que se combinan y se recombinan incansablemente, ayudando por la existencia de un espacio vacío en el que tienen libertad de moverse.

El no ser no se identifica con el vacío; Descartes, dos mil años más tarde, suscribirá esta opinión y negará la existencia de ese vacío. Pero en el mundo de los atomistas, entonces, hay vacío. Y átomos. Solamente átomos y vacio. Ese es el conocimiento verdadero (episteme). Lo demás es doxa (opinión).

Como los otros físicos, o filósofos de la physis, Leucipo y Democrito postulan la indestructibilidad de la materia y la existencia de una unidad sustancial, pero, como los eleáticos, se alejan de la observación y la experiencia (pues el átomo no cae bajo la órbita de los sentidos). Solo los átomos y el vacío son reales y, aunque no sean sensibles, conservan un resabio de empirismo.


Las colisiones entre los átomos producen separaciones y uniones, formando todas las agrupaciones que se ven a simple vista. La verdadera realidad, el ser, no está al alcance de los sentidos, sino que subyace. El conocimiento legítimo es el que proviene del entendimiento.

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