1. Las ciencias y las artes: el problema de
lo universal
Las ciencias no sólo se diferencian de las
opiniones y de las creencias que orientan las acciones en la vida cotidiana,
sino también de las artes y de los oficios. Aristóteles dice que las artes (que
incluyen no solamente las bellas artes, sino también las artesanías, las
técnicas y losoficios) son saberes derivados de la experiencia, o sea, de las
sensaciones fijadas por la memoria y comparadas por el entendimiento. Los
conocimientos derivados de la experiencia son particulares y contingentes,
a diferencia de la ciencia que es un conocimiento universal y necesario.
En la época moderna se han
diferenciado las llamadas ciencias empíricas de las ciencias formales y se
piensa que solamente las últimas pueden aspirar a la universalidad y necesidad
de sus proposiciones. Sin embargo, las ciencias empíricas buscan establecer
leyes generales y determinar fenómenos invariables o constantes. Con estas
aclaraciones y salvedades, el criterio aristotélico sigue teniendo vigencia:
las ciencias son conocimientos universales o generales a diferencia de las
artes que desarrollan saberes particulares y contingentes.
2. La ciencia y la razón: el problema del
orden
Los antiguos griegos pensaban que el kosmos
está ordenado, que tiene una estructura, una regularidad, una permanencia y
una armonía. Pensaban que debajo del aparente caos, del cambio y de la
transformación, hay un fundamento o una base en los que todas las cosas se
sostienen. La sucesión del día y la noche, los ciclos de la luna o la
regularidad de las estaciones del año, muestran que en todo lo que es hay orden
y belleza: el orden del “ser”.
Con la expansión del cristianismo, la
concepción del mundo cambió, pero se continuó pensando que la realidad contenía
un orden. En el mundo cristiano medieval, el fundamento estaba puesto en Dios,
considerado como creador de todos los seres y salvador de todos los hombres. En
esa época se pensaba que Dios había creado el mundo de acuerdo con un orden o
una estructura, llamada “razón”. Se creía también que Dios había creado al
hombre y le había dado la capacidad de comprender el orden de la
realidad y a esa capacidad también se la llamó “razón”. Hay, entonces, dos
significados de “razón”: uno es fundamental, el otro es derivado o subordinado.
Al primero se lo podría llamar “objetivo”, porque es el orden mismo de las
cosas. Al segundo se lo podría llamar “subjetivo”, porque es la capacidad que
tiene el sujeto humano para comprender el orden que hay en las cosas. La razón subjetiva
(la razón como capacidad del hombre) es posible porque hay una razón objetiva,
porque la realidad tiene un orden en sí misma. La razón subjetiva supone y
depende de la razón objetiva.
Cuando el mundo cristiano (y los fundamentos
en los que se sostenía) entró en crisis, como consecuencia de la apertura de
Europa a otras culturas, como resultado de los nuevos inventos y
descubrimientos y como efecto del movimiento de la Reforma religiosa y de las
guerras de religión, se dio comienzo a una época “nueva”: la época moderna. La
recuperación de las obras de los filósofos griegos y romanos despertó el
interés por las obras del arte y del pensamiento antiguos y por el conocimiento
científico y el dominio técnico de la naturaleza. Los nuevos inventos y
descubrimientos hicieron que el mundo se viera de otro modo: ya no como un
universo cerrado alrededor de un centro inmóvil sino como un universo infinito
en el que siempre se puede ir “más allá”69. La Reforma, con su principio de
libre interpretación de la Biblia, debilitó la autoridad de la Iglesia y
posibilitó una mayor autonomía del pensamiento individual. Las guerras de
religión entre católicos y protestantes produjeron un cuestionamiento de los
valores cristianos comunes a ambos. Los antiguos fundamentos comenzaron a
desmoronarse y no se visualizaba una base nueva que diera un sentido al
conjunto de la realidad70. La época moderna mantuvo el supuesto antiguo
y cristiano de que la realidad está ordenada, que contiene una estructura, que
es en sí misma racional y que el hombre, en tanto que sujeto de razón, tiene la
capacidad de conocer y comprender el orden racional de la realidad. Los
filósofos del siglo XVII piensan, con Spinoza, que “el orden y la conexión del
pensamiento es el mismo orden y conexión de las cosas” y que, por lo tanto, si
se parte de una verdad evidente y, sin error, se deducen racionalmente todas
las consecuencias de esa verdad, el sistema de pensamiento resultante tiene que
coincidir con el sistema del ser, con la realidad tal como está ordenada en sí
misma.
La ciencia moderna comenzó siguiendo el
modelo de la Geometría, una ciencia bien fundamentada, con verdades evidentes,
seguras y con un método riguroso (el método deductivo) mediante el cual cada
verdad se deriva de las anteriores de manera necesaria. Algunos de los
más importantes filósofos y científicos del siglo XVII decían que la ciencia
debía proceder “a la manera de la Geometría” y que todas las ciencias debían
desarrollarse siguiendo el mismo modelo geométrico de pensamiento.
Por “razón” también se entiende, en un
significado más estrecho que los definidos antes (razón objetiva y razón
subjetiva), la capacidad de ordenamiento demostrativo o deductivo. El
término “razón”, con este significado de demostración o deducción, es más
estrecho que el significado de razón como la capacidad de comprensión del orden
de la realidad que el hombre tiene, porque este último significado incluye la
comprensión de todo tipo de orden, en cambio el primer significado sólo incluye
el orden deductivo.
Un razonamiento demostrativo es aquel
en el que de unas verdades conocidas se siguen, se infieren, se derivan otras
verdades necesariamente71. Todo proceso deductivo supone, entonces, la
verdad del punto de partida. Ésta, no puede ser conocida por deducción, ya que
implicaría una derivación al infinito. Si A se deriva de B, y B se deriva de C,
y C se deriva de D, y así sucesiva e indefinidamente, todo el sistema carecería
de un fundamento o principio. Si la deducción permite obtener verdades nuevas
de verdades ya conocidas, es necesario que haya verdades que sirvan como punto
de partida, y estas verdades no pueden ser derivadas de otras por deducción,
porque en ese caso, no serían un punto de partida. En consecuencia, todo
sistema deductivo supone ciertas verdades no deductivas que sirven de
principio de todo el sistema. Esas verdades se llaman verdades evidentes.
Las verdades evidentes son “absolutas”, es decir, no dependen de otras verdades.
PARA PENSAR
1. ¿Por qué no es posible la
verdad de una realidad cambiante? Diferencie entre realidad y apariencia.
2. Diferencie la ciencia del arte
y de los oficios.
3. ¿A qué se llama “razón
objetiva”?
4. ¿A qué se llama “razón subjetiva”?
5. ¿Qué es un razonamiento
demostrativo?
6. ¿Qué es una verdad evidente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario