La ciencia moderna: el problema del
conocimiento de los hechos de la experiencia
La época moderna se caracterizó por un
movimiento de ruptura. Básicamente, se rompió con la concepción del kosmos,
basada en la filosofía de Aristóteles y en la astronomía de Ptolomeo: tanto
los antiguos como los medievales concibieron al kosmos como una gran
esfera cerrada, que giraba alrededor de la tierra (la que permanecía inmóvil en
el centro de la esfera). Esta concepción era confirmada por los datos
sensibles: se ve salir el sol por el este, elevarse hasta el centro del cielo y
descender para ponerse por el oeste, mientras que la tierra se mantiene firme
bajo los pies del observador. La más inmediata percepción sensible ratifica los
postulados de Ptolomeo.
Aristóteles veía el cambio y la corrupción
en la tierra, pero no los veía en los astros. Dividió así el kosmos en
dos regiones: 1) lo que llamó región «sublunar» o terrestre, donde rige el
cambio y la corrupción, por la que las cosas (o substancias) nacen, crecen y
mueren; 2) lo que llamó región «supralunar» o celeste, donde los seres son
incorruptibles. Los astros son perfectos, esféricos, no cambian, sino que se
mueven circularmente. No nacen, crecen y mueren, sino que permanecen.
Esta es una concepción geocéntrica,
pues la tierra es el centro inmóvil del kosmos. Todos los cuerpos
celestes giran circularmente alrededor de ella, moviéndose en esferas
transparentes y concéntricas. En una esfera se mueve la luna, en otra los
planetas, en otra el sol, o las estrellas fijas que demarcan el límite del
sistema cerrado. El kosmos es finito, tiene límites. Lo infinito es
sinónimo de in-definido, y por lo tanto imperfecto. Ptolomeo75 retomó la teoría
aristotélica (con agregados posteriores) y le sumó nociones matemáticas. La
concepción aristotélica de la naturaleza fue aceptada durante toda la antigüedad
tardía y la edad media, y sus principios fueron confirmados por mediciones
matemáticas y validados por el uso en la navegación.
La antigua concepción se cuestionó recién en
el año 1543, cuando Copérnico planteó la hipótesis heliocéntrica. Dicha hipótesis
se suscitó como respuesta a un problema: algunas órbitas celestes no seguían el
curso circular, que supuestamente tendrían que seguir, de acuerdo a la teoría
de Ptolomeo. Por eso, Copérnico supuso que la tierra (como los otros cuerpos)
estaba realizando el mismo doble movimiento de los otros planetas. El sol se
convirtió así en el centro de un sistema en el que la tierra era un planeta
más.
Pero, si bien cambió el eje del sistema,
subsistió la antigua jerarquización: por ser el sol el centro del sistema,
se supuso que debía estar en reposo, ya que dicho estado seguía considerándose
más perfecto que el movimiento. Es importante hacer notar que Copérnico no tuvo
modo de comprobar su hipótesis, porque no había un instrumento adecuado para
observar si los hechos confirmaban los supuestos. Fue Galileo Galilei quien,
valiéndose del perfeccionamiento del telescopio, comprobó sus afirmaciones.
A partir del cuestionamiento del sistema
aristotélico-ptolemaico, la tierra perdió su lugar de privilegio en el centro
del sistema y con ella el hombre mismo fue degradado a ser un habitante de un
planeta periférico. Sin embargo, paradójicamente, el hombre fue concebido como
el único ser que podía comprender este universo, podía conocerlo,
transformarlo y adueñarse de él, explotando la naturaleza en su propio
beneficio. La razón se concibió como el poder con que cuenta para dicho dominio
y la máquina, como el instrumento de transformación. A medida que esta
conciencia se arraigó, el mundo se desacralizó, perdió su carácter
sagrado, divino. El fundamento de la creación, que los medievales encontraban
en la bondad de Dios, y el conocimiento de la naturaleza, que se hacía posible
por la revelación de su Creador, se transformaron progresivamente. La ciencia
moderna parte de un distanciamiento del hombre respecto del mundo y de
la realidad, los que se convierten en objetos. El hombre como sujeto de
conocimiento tomó distancia de la naturaleza a la que se enfrentaba,
convirtiéndola así en objeto. El fundamento de esta objetividad
estaba en el sujeto y el instrumento78 adecuado para conocerla
era la razón. A partir de este momento, el mundo no tuvo ya unidad,
porque esta concepción supone una separación (abstracción) cada vez mayor.
Cuanto más avanzó la modernidad, más se separaron el sujeto y los objetos,
alejándose cada vez más de las concepciones anteriores donde ambos estaban
integrados en un todo. Conforme avanza la modernidad más se fragmentaron el
mundo, la naturaleza y la realidad.
Con la modernidad cambió la relación del
hombre con la naturaleza y, por lo mismo, el proceso de conocimiento. Para el
hombre del medioevo, conocer era desarrollar la verdad revelada para manifestar
la gloria de Dios. La naturaleza y el universo eran concebidos como“seres
creados”, y como tales, remitían a Dios como su “creador”, como su fundamento.
Por eso, la scientia medieval (como saber acerca del fundamento de todo
lo real) era Teología (conocimiento de Dios).
Para el hombre moderno, la naturaleza es lo
que está frente al hombre, es “objectum”, lo que se opone, lo que debe ser
dominado para que sirva a los fines del hombre. Conocimiento y
dominio se entrelazan. Como sostenía Bacon: “saber es poder” y conocer es
dominar. La naturaleza es lo que opone resistencia al dominio del conocimiento,
por eso –como decía Galileo- “hay que torturarla” para que responda a las
preguntas de la ciencia.
Galileo Galilei (1564-1642) concluyó la obra
del Renacimiento, sosteniendo la independencia de la ciencia de la
naturaleza tanto de la autoridad de Aristóteles («el» filósofo, como lo
llamaban los escolásticos) como de la Biblia y de la autoridad de la
Iglesia. Se abrió así el camino para la distinción de planos o ámbitos
específicos: la verdad revelada a la fe y la verdad de la ciencia de la
naturaleza (en tanto que esta última es obra de Dios) no pueden contradecirse,
ya que proceden de la misma revelación divina, pero se mueven en campos
diferentes. Se estableció entonces, paralelamente a la separación entre el
sujeto y el objeto, una progresiva separación del mundo de la naturaleza y del
mundo del espíritu.
La ruptura de la unidad conllevó una ruptura
del orden jerárquico medieval. Se perdió la confianza en un fin único (la
salvación) para el conjunto de lo creado. En consecuencia, aparecieron fines
particulares que fueron delimitando esferas que adquirieron una
racionalidad particular desvinculada de las demás. Así, la política
(independizándose de la religión y la teología) postuló su propio fin: la
obtención y conservación del poder, desarrollando una racionalidad (un método)
propia. No interesaba ya para qué se obtiene el poder, puesto que eso
supondría postular fines extrapolíticos a los que el poder estaría subordinado.
Lo único que interesaba era el poder mismo. El ejemplo paradigmático en el
aspecto teórico se encuentra en la obra de Nicolás Maquiavelo, quien se ocupó
de construir una ciencia política independiente de la religión y de la moral
cristianas. También la economía se independizó de todo otro fin que no sea el
propio: el lucro, la ganancia; desarrollando una racionalidad autónoma. Por
último, la ciencia adquirió su propia autonomía, aunque en este caso la
cuestión resulta más compleja porque, al independizarse las regiones del ser,
se postularon durante mucho tiempo fines y métodos contradictorios. Sin
embargo, hoy ya se puede afirmar que lo que comúnmente se llama «ciencia» tiene
una finalidad propia: el dominio técnico de la naturaleza, y su
racionalidad es el llamado “método científico”. Un efecto colateral de la
constitución de esta “esfera científica” fue la fragmentación interna de
la ciencia, es decir, la especialización, que reprodujo a escala cada vez menor
el mismo fenómeno: la postulación de una finalidad propia y una racionalidad o
método propios independientes de todos los demás.
¿Qué caracteriza a la ciencia moderna de la
naturaleza? En primer lugar, la eliminación de las cualidades de las
cosas, análoga a la disolución del tiempo y del espacio cualitativos del mundo
medieval. Galileo distinguió en todas las cosas naturales cualidades objetivas
o primarias y cualidades subjetivas o secundarias. Las primeras son
geométricas, medibles, universales, para todos iguales -tales como figura,
magnitud, movimiento, número-; mientras que las segundas son relativas a los
sentidos y su apreciación varía de un individuo a otro -tales como el gusto, el
olor, el color, etc.-. La ciencia física se limitó a las cualidades primarias,
mientras que las secundarias fueron relegadas al plano «subjetivo» o a las
esferas no científicas de la religión o del arte. En segundo lugar,
Galileo redujo todo lo complejo a lo simple, ateniéndose a lo constante o
regular, de modo que pudieran predecirse y controlarse los hechos. Lo «natural»
de lanaturaleza es ese orden. Por eso, Galileo escribía: “La filosofía está
escrita en este grandísimo libro que continuamente está abierto ante los ojos
(quiero decir el universo), pero no se puede entender sin conocer la lengua y
los caracteres en los cuales está escrito. Él está escrito en lengua matemática
y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin los
cuales medios es imposible entender humanamente palabra. Sin éstos es un girar
vano por un oscuro laberinto”81. En tercer lugar, la ciencia moderna
postuló el aislamiento de una región de lo que es, la limitación del campo, la
especialización del interés y la subdivisión del trabajo82. En cuarto lugar,
la ciencia moderna tiende a resolverse en el ámbito de la técnica, entendida
como una forma del hacer y del producir recursos para satisfacer las
necesidades por medio de instrumentos83. El mundo se convierte así en dominable
más que comprensible y sólo es comprensible lo que se puede producir y
reproducir. Así, por ejemplo, Maquiavelo, el primer pensador político moderno,
concibe la política como una técnica encaminada a mantener y acrecentar
el poder; y Adam Smith, crea la economía política como un instrumento para
promover “la riqueza de las naciones”.
PARA PENSAR.
1. Explique
cómo se pasó de una concepción geocéntrica a una heliocéntrica.
2. ¿Qué
significa “sujeto”?
3. ¿Qué
significa “objeto”?
4. Explique
qué significa que la razón se convirtió en “instrumento” del conocimiento.
5. ¿Qué
relación hay entre saber y poder? 6. ¿Aqué se llama “dominio técnico”?
7. ¿Cuáles son
los cuatro rasgos característicos de la ciencia moderna? Explique y
ejemplifique.
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