1.El círculo
hermenéutico
En los apartados anteriores de este capítulo,
se hizo referencia a los rasgos constitutivos de la ciencia, partiendo de los
problemas que se le fueron planteando y de las soluciones que se dieron a
ellos. A partir de este apartado se irán planteando nuevos problemas a aquellas
soluciones, lo que obligará a ir más allá de ellas, sin que ello implique que
haya que desecharlas o ignorarlas. No se trata simplemente de suprimir lo
anterior sino de alcanzar mayor complejidad.
En el apartado 2 se hizo referencia al
problema del fundamento. Se dijo que la ciencia, a diferencia de la doxa
u opinión, es un conocimiento fundado. Sin embargo, a mediados del
siglo XIX, las ciencias humanas enfrentaron una dificultad nueva derivada del
descubrimiento de lamultiplicidad de las culturas y sus “visiones del mundo”.
Mientras se había supuesto que la “razón” es única y la misma en todos los
hombres, se podía exigir un fundamento último para todos los conocimientos,
pero desde el momento en que se empezó a vislumbrar que cada cultura tiene una
forma propia de ver el orden del mundo, se enfrentó el problema de decidir cuál
de todas ellas debía ser considerada como “fundamental”. El resultado fue que
desde la perspectiva de cada cultura, la propia “cosmovisión” era considerada
la fundamental y las de las otras culturas era vista como derivada o sin
fundamento. Pareciera que sólo es posible asentar el conocimiento sobre un
fundamento último, suficiente o absoluto, dentro de una “cosmovisión”, dentro
de una racionalidad, dentro de un paradigma o dentro de un
lenguaje, pero la cuestión de justificar por qué esa cosmovisión, esa
racionalidad, ese paradigma o ese lenguaje sea el mejor o el más fundado no
tiene una respuesta satisfactoria, porque todas las respuestas parecen incurrir
en la falacia del círculo vicioso84.
A partir de este problema, que parecía no
tener solución, la hermenéutica filosófica elaboró una concepción del lenguaje
y del mundo que va más allá de los supuestos del racionalismo y del logicismo85.
Dicha concepción sostiene que en las cuestiones últimas es imposible alcanzar
un fundamento absoluto porque siempre se incurre en un argumento circular o
“círculo hermenéutico”. A continuación se presentarán algunos ejemplos de esta
cuestión en distintos ámbitos del saber y en distintas épocas, que ayuden a la
conceptualización del problema.
(1) El filósofo cristiano San Agustín se
preguntó qué es lo fundamental la fe o la razón, a lo que respondió sentando el
siguiente principio: “comprende para creer, cree para comprender”. De este
principio se sigue que la fe supone cierta comprensión previa que
posibilita y prepara el acto de fe, pero la fe sola no basta sino que requiere
de la comprensión y el entendimiento. A su vez, la comprensión supone una
fe previa sin la cual no es posible, pero la comprensión tampoco es suficiente,
si no posibilita y prepara la fe. La relación entre fe y razón es, entonces,
circular: se puede comenzar por cualquiera de los términos, a condición de suponer
el otro. No hay, por lo tanto, un fundamento último de la razón en
la fe ni de la fe en la razón. De lo anterior se deriva que no es solamente la
opinión la que carece de un fundamento último, sino también la razón y la
ciencia.
(2) Las ciencias sociales (en particular
cuando pretenden intervenir en la realidad y transformarla, como el Trabajo
Social o la Comunicación Social) enfrentan un problema semejante al tratar de
resolver si hay que comenzar por “práctica” o por la “teoría”. Por un lado,
desde el punto de vista de la “práctica”, se exige superar la esfera de las
meras palabras y entrar en acción (lo que quiere decir: hay que dejarse de
vacuidades inútiles, de planteos teóricos, y transformar la realidad
social; es decir, resolver los problemas prácticos que es lo
fundamental). Pero a esta posición se le objeta: “no se puede hacer sin saber
antes qué hay que hacer”. La teoría es condición de la práctica. No se
va más allá de los problemas ignorándolos, sino solucionándolos. Por otro lado,
desde el punto de vista de la “teoría”, se exige plantear y resolver los
problemas antes de actuar (lo que quiere decir: la ciencia y el saber, tienen
que aportar un conocimiento que oriente la acción para que ésta sea efectiva).
Pero a esta posición se le objeta: “no se puede conocer sin estar metido en la
realidad, sin la práctica”. El hallar la solución de un problema teórico, no es
lo mismo que solucionar el problema, pues esto últimoexige la mediación de la
práctica86. La práctica es la condición del conocimiento teórico. Se presenta
aquí la misma circularidad que en la relación entre fe y razón: la superación
de la teoría supone la práctica y la acción práctica supone la
teoría y el conocimiento.
(3) Un problema análogo se presenta cuando
se quiere interpretar un texto de un autor (como los que hay al final de cada
capítulo en este libro): para entender lo que dice el texto hay que comprender
previamente el contexto (el pensamiento del autor, la obra que enmarca el texto
particular, el lugar y la época en los que fue escrito), pero ¿cómo comprender
al autor o a la obra completa? Respuesta: interpretando cada uno de los textos
que compone la obra o el pensamiento del autor. La misma estructura circular:
la interpretación del texto supone la comprensión del contexto y la
comprensión del contexto supone la interpretación de los textos.
Los ejemplos anteriores hacen manifiesto que
no toda afirmación admite un fundamento último. En consecuencia, en esos
casos el círculo no es vicioso y falaz sino constitutivo. No es posible
una fundamentación última o una verificación definitiva, porque los hombres son
seres finitos y porque los mundos son históricos. Gadamer lo expresa muy bien
cuando dice que “la interpretación es lo que ofrece la mediación nunca
perfecta entre hombre y mundo”87. En todos los ejemplos dados puede
verse una misma estructura circular, que es constitutiva de la forma de ser del
hombre como ser existente finito. De aquí se deriva que no sea posible
alcanzar un fundamento último o definitivo en ningún saber o ciencia. No
se trata, por lo tanto, de un círculo vicioso porque no es posible la fundamentación
última como sí lo sería en el razonamiento falaz.
2. Más allá de lo permanente: el devenir y
la historia
En el apartado 3 se hizo referencia al
problema del cambio y a la necesidad de alcanzar un conocimiento permanente de
lo permanente, si se pretendía un conocimiento verdadero. Sin embargo, cuando
se quiere comprender la historia y el devenir88, se enfrentan problemas que
conducen a una revisión del supuesto de la permanencia.
Las ciencias naturales conocen el
movimiento a partir de lo fijo, de lo que no se mueve, de lo que permanece
invariable, o también, de lo que permanece constante. Así, si se tienen los
elementos constantes se puede determinar cualquier elemento variable siguiendo
la misma ley. Por ejemplo, los problemas que se suelen plantear en algunas de
las asignaturas de la escuela secundaria, como física o matemática, consisten
en un cálculo particular utilizando informaciones específicas para resolver
ecuaciones conocidas o fórmulas sabidas. En todos los casos, la solución consiste
en aplicar una fórmula. ¿Qué significa esto? Aplicar la fórmula es
subsumir lo que varía en lo constante, reducir lo cambiante a lo que no cambia
(la ley expresada en la fórmula). La fórmula materializa un principio o una ley
que es lo que incluye todos los casos y lo que permanece siempre fijo. Los
datos particulares son las informaciones sobre cada caso, que es lo que se
quiere resolver. En el conocimiento de la naturaleza se aborda el movimiento
desde la perspectiva de lo inmóvil. El problema que se plantea aquí es ¿cómo
sería posible un conocimiento de lo que se mueve pero dando lugar a la
comprensión del movimiento? ¿Cómo sería posible comprender el movimiento mismo?
Las ciencias de la naturaleza conciben a la
realidad como substancia, entendida como “algo que es en sí mismo y por
sí mismo”. La substancia es lo que realmente es. La substancia puede
tener distintos accidentes: cantidades, cualidades, propiedades, estar
en distintas posiciones, lugares o tiempos, sufrir diversas pasiones o efectuar
distintas acciones, establecer diferentes relaciones, pero todo accidente,
acción o relación es de la substancia, depende de la substancia que
permanece invariable en su naturaleza. Los conceptos o las ideas son los
signoslingüísticos con los que se hace referencia a las cosas reales o
substancias. Las ciencias de la naturaleza tienden a definir, a conceptualizar,
a fijar los significados de las cosas verdaderamente reales (substancias). Así,
el conocimiento verdadero (la ciencia misma) no es más que una relación entre
distintos conceptos. La verdad misma es una relación entre conceptos, es decir,
un juicio, una proposición.
¿Qué ocurre, en cambio, cuando se quiere
comprender el cambio? La búsqueda de la comprensión del sentido de la historia,
por ejemplo, llevó a Hegel y Marx a abandonar los conceptos de “naturaleza
humana” y “substancia”, entendidos como una determinación fija y permanente,
como “lo que es en sí y por sí mismo”. Estos autores se percataron de que lo
cultural y humano no puede definirse como substancia permanente ni como
naturaleza fija, sino que tiene que ser comprendido como acción. El ser
humano no es otra cosa que lo que él se hace. Hegel sostiene que “la
actividad es la esencia del espíritu [del ser humano, de la cultura]; [él] es
su propio producto; y así es su comienzo y también su término [es decir, es
movimiento, es proceso, es devenir]. Su libertad no consiste en un ser inmóvil
[o permanente], sino en una continua negación de lo que amenaza anular la
libertad”89. Lo que caracteriza al ser humano es la acción por la cual se
construye a sí mismo, es la lucha contra toda fuerza exterior que lo ate, que
lo cierre o lo encadene a una naturaleza fija. En sentido afirmativo: es la
lucha por afirmarse a sí mismo, por realizarse y darse una identidad, por
hacerse un mundo. En sentido negativo: es la lucha para destruir toda amenaza a
la libertad ya realizada. Hegel reconstruye todo el proceso histórico de la
humanidad mostrando que no se deriva de una naturaleza o substancia sino que es
un proceso en el cual el hombre se va haciendo e inventando.
Hegel y Marx transformaron la concepción de
la ciencia al buscar comprender no las substancias sino los procesos.
Para esta perspectiva, no interesa tanto decir qué son las cosas o las
realidades o señalar sus atributos o las características esenciales que tienen,
como conocer qué llegan a ser las cosas, o sea, interesa conocer el devenir.
La realidad considerada como proceso, como devenir, es la dialéctica.
Desde una perspectiva dialéctica la realidad no se piensa como lo que ya
está hecho, lo que ya está dado, sino como lo que se hace, lo que deviene, lo
que llega a ser.
Al afirmar que la realidad es dialéctica, se
identifica la realidad con lo cambiante y lo invariante sólo es concebible como
una abstracción que separa lo que es esencialmente móvil del movimiento
en el que está inmerso. Sin embargo, para Hegel y Marx la ciencia no se reduce
al conocimiento de las abstracciones del entendimiento, sino que ella es el
conocimiento de lo que deviene. El error de las filosofías y de las ciencias
anteriores ha sido -para Hegel-, suponer que más allá del movimiento había
“algo” que permanecía inmóvil. Esto es lo que Platón llamaba idea, lo
que los teólogos y filósofos medievales llamaron esencia, lo que los
racionalistas llamaron substancia y lo que los científicos y filósofos
modernos llamaron conceptos, invariantes, constantes. La
respuesta de Hegel y Marx es que no hay que buscar lo permanente más allá del
cambio sino en el cambio. Lo permanente en el cambio es su orden, su
lógica, su estructura. Lo permanente en el cambio es la dialéctica. Con Hegel y
Marx, la razón se historiza, se fluidifica, deviene, se dialectiza, no es
“abstracta” sino concreta.
PARA PENSAR
1. Explique el concepto de
“círculo hermenéutico” mediante ejemplos.
2. Diferencie “círculo hermenéutico”
de círculo vicioso.
3. Diferencie los conceptos de
“substancia” y “acción”.
4. Explique cómo se pueden conocer los
procesos.
5. ¿Qué significa que la realidad es
dialéctica?
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