viernes, 25 de marzo de 2016

LA CIENCIA DESDE EL ATOMISMO AL HELENISMO

 EL ATOMISMO Y LOS COMIENZOS DE LA MEDICINA CIENTÍFICA. CIENCIA Y FILOSOFÍA.

El atomismo es el cierre de la filosofía presocrática. Es, junto con el sistema de Empédocles y Anaxágoras, el tercer intento de mediación entre las concepciones fundamentales de Heráclito y Parménides. También el atomismo acepta el corpúsculo mínimo e indivisible, los átomos, los cuales no difieren más que en dimensión, forma y peso, y son imperecederos; la unión o separación de los átomos es el devenir y perecer de los seres indivisibles.

Demócrito elaboró una meditada Teoría del conocimiento, donde distingue entre el "conocimiento oscuro" de la percepción sensible, y el "conocimiento auténtico", fruto del pensamiento.

El lazo filosófico aún mantiene a Demócrito con gran esfuerzo, la unión de las investigaciones en todos los terrenos que abarcó, aunque de muchas de sus obras no nos resten más que los títulos. En ellos, sin embargo, vemos como las ciencias particulares -matemática, astronomía, geografía, botánica, zoología, antropología, ...- comienzan el camino de separación de la filosofía especulativa. De todas estas ciencias, la medicina fue la primera en establecer sus propias bases y entra en la literatura con una protesta contra la fe religiosa tradicional, tal y como ocurrió con la historia jónica.

Hipócrates de Cos es el fundador de la medicina científica. Conservamos de él, entre otras obras, dos escritos quirúrgicos principales: "Acerca de las fracturas de los huesos" y "Acerca de la reducción de las luxaciones" o de la articulación de los miembros.
La cirugía constituyó una parte muy importante del "arte" médico: en ella se trataba de devolver el miembro desarticulado mediante una "correcta intervención", a su situación natural. Por eso, dice Hipócrates, que su doctrina acerca de los métodos de la curación se establece como "una ley justa" (el concepto de recto o adecuado, se traslada pues sistemáticamente a la naturaleza, y el hombre no merece ese calificativo de justo más que cuando sigue la huella de la naturaleza).

La separación de la medicina de la filosofía es el primer ejemplo importante de la independización de las ciencias particulares, independización que será enérgicamente favorecida por la sofística. Pero por otra parte, las ciencias particulares deben a la filosofía, el espíritu filosófico que va más allá de la mera descripción de la naturaleza y de la mera comprobación de hechos: ese espíritu ha animado siempre a las ciencias entre los griegos, y les ha posibilitado sentar los fundamentos permanentes de toda futura investigación.

Es discutible el problema de si Protágoras ha escrito o no acerca de otros particulares talentos, artes y ciencias (téchnai). Se ha conservado un notable fragmento según el cual la tangente no se toca a la circunferencia sólo en un punto: se trata de la negociación de una doctrina de la matemática, y en esa negación echa a faltar una adecuada distinción entre líneas y figuras ideales matemáticas y líneas y figuras empíricas.


 PLATÓN

-Platón y la Academia Antigua: Según su propia confesión, de acuerdo con las esperanzas de su aristocrática familia, dispuesta a allanarle el camino en este sentido, quiso en primer lugar hacer carrera política; una observación de la "República", nos permite aún adivinar lo profunda que fue la lucha interna y externa que sostuvo antes de abandonar aquel proyecto. La restaurada democracia se mostró impotente para ello, precisamente al mancharse con la muerte de Sócrates. Y ésta fue la segunda experiencia decisiva para la vida y el espíritu de Platón: ella le llevó al convencimiento de que "sólo la verdadera filosofía permite descubrir la justicia en la vida pública y en la vida privada, y que la desgracia del género humano no terminará hasta que el linaje de los filósofos justos y verdaderos lleguen al gobierno de los estados, o los gobernantes de los estados se conviertan en verdaderos filósofos por divina disposición...". Esta idea se encuentra precisamente en la mitad de la "República". La tarea que se impuso desde entonces Platón fue la de convertirse en un reformador social de gran estilo.
En su búsqueda de una nueva forma de comunidad estatal, Platón desea conseguir algo que no había existido en Grecia hasta entonces y cuya falta había sido notada ya por Sócrates (no en vano, Platón fue discípulo de Sócrates, y nos legó los pensamientos de su maestro): una educación popular sistemática. La actuación política y la lucha por la justicia no podían seguir siendo actividades separadas como hasta entonces, sin que trabajar para el estado y realizar la justicia debían ser una y la misma cosa. En este nuevo sentido de la política había sido Sócrates el único político verdadero. Pero para conseguir políticos así, lo primero que había que hacer era educarlos, y educar al pueblo a someterse voluntariamente a ellos. Para ello hacía falta, según el principio socrático, especiales y el problema especial que debían dominar los gobernantes del pueblo era nada menos que el de la verdad y la justicia.
Para los filósofos verdaderos y justos, la vida terrena no es más que una ejercitación de la separación del alma del cuerpo, que luego se producirá plenamente en la muerte: una "preparación para la muerte".

Hay dos ciencias que merecen profundización, y hasta son imprescindibles como introducción a los conocimientos supremos y últimos: la matemática y la astronomía:

  -La matemática se ocupa de las representaciones abstractas, no sensible. El número, en el que los pitagóricos creyeron reconocer la esencia de todas las cosas, es lo más abstracto que puede pensarse; y los principios de la geometría no se refieren a los puntos, líneas y superficies perceptibles por los sentidos, sino sólo a las "formas" (eide) exclusivamente aprehensibles por el pensamiento.

  -La astronomía no se ocupa de los cuerpos terrestres, sino de los seres celestes, pues los astros, según debe inferirse por su automovimiento, están animados, sol "los dioses visibles", y la regularidad de su movimiento y la posibilidad del mundo del cálculo previo de éste, no es prueba de una mecánica del mundo de los astros, sino del hecho de que, como en todas partes, también en el cielo la esencia de las cosas es la idea.

Hay que instruir a los futuros gobernantes en estas dos ciencias, introductoras a la doctrina de las ideas, o dialéctica, así como también en la música, igualmente basada en ritmos y armonías matemáticamente calculables. Con esa educación aprenderán a reconocer la esencia de las cosas.
Platón fundó la institución que recibió el nombre de Academia, primera escuela griega de filosofía. Allí, lo principal era la introducción a la filosofía especulativa. De todas las ciencias particulares, se cultivaban sólo la matemática y la astronomía, que eran las únicas que Platón consideraba imprescindibles.

 ARISTÓTELES

La totalidad del saber constituye en él un organismo cerrado y vertebrado por sus principios metafísicos. La unidad del cosmos corresponde a la unidad del conocimiento. Aristóteles no es sólo el continuador de Platón, sino que, a pesar de toda la piedad con que respeta a su maestro, lleva a cabo una penetrante crítica de la doctrina central de éste, la teoría de las ideas. La hazaña de Aristóteles consiste en haber suprimido la existencia trascendente de las ideas y haber introducido el "eidos" en la naturaleza como principio inminente de la forma. Así, ha encontrado Aristóteles el camino hacia el mundo real.

Aristóteles tenía una forma de pensar muy distinta de la de Platón: mientras que el pensamiento platónico se orienta predominantemente hacia el ser suprasensible, frente al cual pasa a segundo término el mundo del devenir y del perecer, Aristóteles vuelve a colocarse firmemente con los pies en la tierra, "en la Tierra duradera de hermosa forma esférica", sin olvidar por ello el mundo de los valores eternos; y mientras que Platón movido por el entusiasmo, hace que su pensamiento se levante hasta un "espacio suprasensible", Aristóteles es siempre, incluso en su pensamiento especulativo, el sobrio observado e investigados que concede siempre a la experiencia sus derechos propios.Este robusto sentido de la realidad, beneficia a su investigación científico-natural y da también más relación con la vida a su pensamiento en el terreno de la filosofía de la cultura.
El parentesco de Aristóteles con el pensamiento presocrático se manifiesta de modo especialmente claro en su concepto de la divinidad, el cual no es propiamente más que un postulado de su física. Convencido de la eternidad y de la indestructibilidad del mundo, Aristóteles no necesita ningún creador; pero el movimiento de los cuerpos celestes y la vida en la Tierra exigen una explicación, una respuesta a la pregunta que inquiere por la ultima causa. Al igual que Anaxágoras, el filósofo jonio al que más apreció Aristóteles, ve esa causa en "el primer motor" o moviente, el cual no es a su vez movido por nada y constituye la causa del mundo y de su orden. Como Anaxágoras, da a esa última causa de todos los fenómenos el nombre de "Espíritu" (nous: propiamente, "capacidad o fuerza de pensamiento"). El nous flota como forma pura más allá del mundo material, sin mezclarse con él, aunque lo mueve "como el objeto amado mueve al amante", esto es, no de un modo mecánico, sinodinámicamente. El primer motor es la unidad.

Este Dios es energía incorpórea, eterna y pura, puro pensamiento, suprema y eterna vida. Es la fuente del ser y de la vida en el mundo, y en esa ininterrunpida actividad consiste su placer, su felicidad.

Aristóteles inserta al hombre en la totalidad de la naturaleza. Su actitud respecto de ésta es completamente diversa de la de Platón: mientras que Platón no ve en la naturaleza más que el reino del devenir y el del perecer, el cual, a diferencia de las ideas eternas e inmutables, no puede ser realmente conocido, sino sólo objeto de ciertas probabilidades, para Aristóteles, la naturaleza consiste el campo de la investigación más importante. Con su tesis de la inmanencia de la forma (eidos) a la materia(hile) supera el dualismo platónico. Esto es la llamada teoría hilemórfica y viene a decir: la substancia (primera) es el "ser" propiamente dicho, el individuo concreto (Sócrates, por ejemplo). En él se encuentra realizada la esencia o la especie (substancia segunda: "hombre", por ejemplo), la cual se predica de él (de este modo decimos :"Sócrates es hombre"). Con ello afirma Aristóteles que este mundo es el mundo real y que la pluralidad y el devenir son reales (hay muchos individuos de la misma especie, y están sometidos a cambios permanentes). De este modo, Aristóteles entiende oponerse a Parménides y a Platón (para este último, la substancia es la Idea, y, por ejemplo, la Idea "hombre" es única y está substraída del devenir). Es decir, Aristóteles introduce en la substancia el concepto del devenir o desarrollo. Para explicar este hecho, Aristóteles sostiene que la substancia, es decir, el individuo concreto, es un compuesto de materia (hile) y forma (morphé).

La forma es la esencia de la cosa, la substancia segunda, la especia, y es, según Aristóteles, eterna; pero no existe sino en la materia: forma embebida en la materia". Al fabricarse una esfera de bronce o al engendrar a un hombre, ni la esfera ni la naturaleza humana son engendradas o fabricadas. Lo que se produce, es un compuesto que tiene esa forma o esa naturaleza. Por eso, todo lo que deviene debe poseer también materia, la cual recibe esa forma, como sujeto último de la misma.
Evidentemente, Aristóteles confiere una clara prioridad a la forma. Ella es la esencia del individuo y sólo con ella es definible y cognoscible.

La teoría de la potencia y el acto -que es una generalización de la teoría de la materia y de la forma, y quizás la más importante aportación aristotélica a la filosofía occidental- es la última explicación del devenir de la substancia.

 En todo ser hay lo que ese ser ya es -el acto- y su poder llegar a ser -la potencia-, lo que todavía no es. La potencia es de dos tipos:

-activa: poder o facultad de producir uN efecto en otra cosa.

-pasiva: posibilidad de pasar de un estado a otro y de recibir la acción de una potencia activa.

Para designar el acto, utiliza Aristóteles dos expresiones que, con mucha frecuencia se utilizan como sinónimos: enérgeia (que se puede traducir por "acto") y enteléchia (que carece de traducción).
Enérgeia es la "acción" mediante la cual algo pasa de la simple posibilidad a su perfeccionamiento y acabamiento final; y a este término alcanzado por la acción es a lo que Aristóteles llama, en su sentido estricto, enteléchia.
La potencia es algo real en el ser, y también algo distinto en el acto. El acto posee prioridad absoluta sobre la potencia.

Potencia-acto y materia-forma son estructuras paralelas. La materia es o está en potencia (pasiva) de la forma. Y la forma es lo que actualiza la materia, la perfecciona y confiere al ser su potencia activa para obrar.
La prioridad de la forma conduce a Aristóteles a afirmar que la explicación última del universo consiste en la existencia de formas puras (absolutamente libres de materia), siempre en acto. No quiere decir que se reconstruya el mundo de las Ideas de Platón: esas formas puras son substancias individuales, son los dioses que mueven el Universo. Pero entonces la Metafísica se convierte en Teología y conduce a la Física.

 Como los viejos filósofos presocráticos, Aristóteles vuelve a unir el pensamiento especulativo y la observación empírica en un tipo de investigación que permite dar a cada factor lo suyo y utilizar lo que hay de aprovechable en la doctrina de las Ideas. Pues la forma aristotélica, el eidos, no es, como la idea platónica, pasivo prototipo de las cosas, sino la fuerza conformadora de la materia. Un hombre engendrará siempre un hombre, y un caballo un caballo, mientras que el antinatural cruce de un asno y una yegua tiene como consecuencia la esterilidad del mulo que se engendrará. Todo género vegetal o animal tiene su enteléchia que imprime al individuo la forma del género.

La investigación natural de Aristóteles se extiende a toda la naturaleza: desde los astros hasta los seres vivos terrenos; sólo la botánica quedó plenamente en manos de su discípulo Teofrasto. En la física se investigan sobre todo los diversos tipos de movimiento, la esencia del espacio y del tiempo, la posibilidad del cambio cualitativo, la finalidad de la acción de la naturaleza a pesar de la resistencia de la materia, complejo que da lugar a la organización jerárquica de las formas de existencia y a un desarrollo cada vez más pleno de la vida. En el ámbito de la naturaleza orgánica, uno de los resultados más destacados de Aristóteles es la zoología, una anatomía y fisiología comparadas en las que, entre otras cosas, llama la atención acerca de lo oscilante que es la distinción entre plantas y animales.

La parte más débil de la investigación científico-natural de Aristóteles es la astronomía. Dada su convicción de la eternidad del mundo, el filósofo no necesitaba ocuparse de las doctrinas cosmogónicas. Dividía el edificio del mundo en dos partes desiguales: el mundo sublunar y el mundo supralunar. Este es el mundo deleste, el mundo de los astros, compuestos de éter, la quinta substancia (quinta esencia) y de naturaleza imperecedera; el mundo sublunar es el mundo terreno del perecer y el devenir; consta de los cuatro elementos, y en él tienen lugar los fenómenos atmosféricos que estudia la "meteorología". La Tierra es el centro inmóvil del universo; como todos los cuerpos del mundo, la Tierra tiene forma esférica. En torno suyo giran el Sol y la Luna, los demás planetas y el cielo de las estrellas fijas, movido por el primer motor.

El campo en el que Aristóteles ha actuado con la mayor fortuna es en cambio, la problemática de la esencia del hombre y sus creaciones espirituales. A esta temática están dedicados su psicología y escritos lógicos. Aristóteles es el verdadero creador de la lógica; los puntos de partida que se encontraban ya en la obra de Demócrito y en la de Platón, dan en Aristóteles a una doctrina sistemática del arte del pensamiento recto. Sus doctrinas de la formación de los conceptos, los juicios y los razonamientos verdaderos han sido decisivas para la filosofía europea durante casi dos milenios.
En el año 335, Aristóteles fundó su propia escuela en el gimnasio Liceo de Atenas; la escuela recibió el nombre de Perípatos por las avenidas de dicho gimnasio. Dicha escuela dictó sus cursos y creó una organización de trabajo científico en la que educó a sus discípulos. La organización abarcaba tanto las ciencias de la naturaleza cuanto las de la cultura.

Puede decirse al pie de la letra que la influencia de Aristóteles en la posteridad es incalculable. El más importante testimonio de ello procede del primer gran alemán de la edad moderna, G. W. Leibniz, el cual quería que se considerara su filosofía como un aristotelismo perfeccionado.

 LA CIENCIA

La medicina: El gran empuje de la medicina en el último tercio del siglo V continuó durante el IV y hasta mediados del III, de tal modo que esta época puede considerarse como la edad del florecimiento de la medicina griega. Con la fundación de la Academia platónica y de la escuela peripatética del Liceo, Atenas empezó a ejercer considerable atracción sobre las escuelas médicas, hasta entonces florecientes sólo en zonas marginales del mundo helénico.

Filistón, miembro de la escuela médica siciliana fundada por Empédocles, tuvo estrecho contacto con la Academia. En el "Timeo" de Platón, se manifiesta la influencia del médico en la descripción de la estructura del cuerpo humano. Filistón fue también el que introdujo en la Academia la doctrina empedoclea de los cuatro elementos y la teoría del "pneuma" con fuerza vital que da forma y alma y está activa en todos los organismos. Esta doctrina desempeña un papel muy importante en la explicación platónica del origen de las enfermedades, y fue luego recogida y elaborada por Aristóteles y sus discípulos. Discípulo de Aristóteles fue, como se ha demostrado recientemente, Diocles de Caristo, el cual puede hablar de una "doctrina filosófica de la salud". Según esta concepción, el hombre resulta responsable de su salud y al mismo tiempo, hasta cierto punto, dueño de ella: puede arruinarla con la gula y otros abusos, y puede también mantenerla y robustecerla mediante un modo de vida racional. Diocles se dedicó sobre todo a la dietética. El objetivo de ésta es conseguir lo adecuado para cada individuo y para cada caso particular. Es, por así decirlo, la ética de la vida somática, igual que la ética aristotélica quiere ser una dietética del alma. Así se anuda otro lazo entre la filosofía y la medicina. La ciencia especializada que se ha desligado de la filosofía natural especulativa en beneficio del empirismo, establece ahora con ella una alianza sobre la base de la común contemplación teleológica de la naturaleza y queda absorbida en la filosofía, que abarca a todas las ciencias.


  EL HELENISMO.

A partir de la obra miliar de J.G. Dorysen. aparecida hace un siglo, se entiende por "helenismo" la época que comienza con la derrota del imperio persa por Alejandro Magno. El nuevo imperio mundial así nacido se disipó sin duda inmediatamente como construcción política, cuando el rey macedonio murió en Babilonia el año 323, a los treinta y tres años de edad víctima de la malaria.
Se formó un nuevo sentimiento del mundo y de la vida. El individuo "autárquico" o autosuficiente, liberado de los estrechos lazos de la polis, se sintió entregado por un lado, a sí mismo, y así pareció abrirse camino un individualismo sin límites que permitía al hombre desarraigado de su lugar de origen sentirse en su patria en cualquier lugar de la Ecumene.

El portador principal de todas estas ideas es el espíritu griego: su lengua, su educación, su arte, su religión, su filosofía y su ciencia. Mas el elemento griego no se limitó a dar, sino que también recibió: especialmente su religión se amplió por el acceso de nuevas ideas y cultos orientales, y llegó incluso a transformarse por esa vía, mientras, a la inversa, muchos orientales se asimilaban el mundo espiritual helénico. Este recíproco dar y recibir no habría sido posible sin un instrumento de comunicación universal, que fue el lenguaje griego internacional, la llamada koiné, lo cual quiere decir "común".

La filosofía griega de la época puede considerarse al mismo tiempo como fundamento y como consumación de la idea del estado mundial y de la hermandad de los hombres. Es notable también que el proceso de separación de las ciencias particulares de la filosofía, empezado ya por la sofística, llega ahora a su consumación: la ciencia literaria o filología, la matemática, la mecánica, la astronomía y la medicina discurren ahora como ciencias especializadas por sus propios caminos, impulsadas por especialista experimentados.
*OBSERVACIÓN: A partir del siglo II de la era cristiana, se percibe una clara paralización de las energía filosóficas y científicas, de tal modo que el poder de la mística religiosa, reforzada por la influencia oriental, consigue finalmente, el dominio de la vida espiritual.

 LAS CIENCIAS PARTICULARES

La emancipación de las ciencias particulares respecto de la filosofía, iniciada ya por la sofística, se consumó durante el helenismo. El proceso se vio muy favorecido por el Museo con biblioteca de Alejandría, fundado por Ptolomeo Y. En el Museo se desarrolló una vida científica intensísima gracias a la presencia de numerosos especialistas. No sólo la filosofía y la Ciencia literaria encontraron su hogar en el Museo, también lo hicieron la matemática, la astronomía, la mecánica y la medicina.

Geografía y astronomía: El alejandrino que más amplio círculo de ciencias consiguió abarcar fue Eratóstenes de Cirene, director de la biblioteca desde mediados del siglo II hasta su final. Eratóstenes había realizado también estudios filosóficos (en Atenas), pero con consciente e internacional distinción se ha dado a sí mismo el nombre de filólogo, y no el de filósofo, sin limitar esa denominación a sus estudios cronológicos y de la historia de la literatura, sino aplicándola a toda su actividad de investigados, especialmente a la de geógrafo.
Eratóstenes reunió en dos obras los resultados de sus investigaciones matemático-geográficas: un libro acerca "De la medida de la Tierra" y "Geografía". En el primero establece la circunferencia de la Tierra con 252.000 estadios, o sea, 39.690 km., lo que da sino un error de 385 km. (circunferencia real tiene un radio de 40.075 km.). El estadio utilizado parece ser de 157.5 m. Si fuese el estado ático de 177 m, daría una circunferencia de 46.604 km., con un error de 6.259 km. por exceso.

La "Geografía" de Eratóstenes contenía en su primer libro una historia de esta ciencia; el segundo, de la forma y de las dimensiones de la Tierra, de las zonas y del océano; el tercero contenía la geografía descriptiva. El planisferio trazado por Eratóstenes contiene aún muchos errores, pero representa un enorme progreso comparado con todo lo que se había conseguido hasta entonces.

En la astronomía se alcanzó en el siglo III ac la culminación de todo lo conseguido por la Antigüedad. Aristarco de Samos, trabajó en Alejandría y allí realizó sus observaciones astronómicas. Con ellas llegó al establecimiento del sistema heliocéntrico, anticipándose en unos 1800 años al descubrimiento de Copérnico. En la dedicatoria impresa de su obra "De revolutionibus orbium coelestium", dirigida en 1543 al papa Paulo III, Copérnico no cita más que a algunos pitagóricos como precursores de su doctrina del movimiento de la Tierra alrededor del Sol; pero el borrados manuscrito del propio Copérnico prueba que el sabio polaco conocía el desarrollo definitivo del sistemas por Aristarco. No han sido, pues, sólo las doctrinas pitagóricas las que han inspirado a Copérnico, sino, sobre todo el muy superior sistema de Aristarco.

OBSERVACIÓN: La eliminación de la referencia de Aristarco en el prólogo impreso del "De revolutionibus" (impreso póstumamente), se debe al editor y amigo de Copérnico, que con cierto fundamento, creyó poder evitar así ataques religiosos al astrónomo: no citando más que a los pitagóricos, la tesis heliocéntrica parecía "mera hipótesis matemática", no materialmente creada; así evitaba chocar con la autoridad. Citar a Aristarco era en cambio confesar el heliocentrismo como plena teoría física. Y esto no era aún posible 50 años más tarde como prueban los procesos contra Bruno y Galileo. Todas las estimaciones de Aristarco se basan en mediciones angulares, pues subestimó considerablemente el tamaño del Sol y ha sobrestimado el de la luna. Los errores se explican sin más que por la deficiencia de los instrumentos de la época. Pero nadie puede negarle la gloria de haber sido el Copérnico de la Antigüedad.

El matemático Apolonio de Perga, abrió otro camino para explicar el movimiento de los planetas. Apolonio puso en lugar de las esferas concéntricas de Eudoxo la teoría llamada de los epiciclos: como órbitas planetarias admitía circunferencias, la primera de las cuales tenía su centro en un punto de la circunferencia en cuyo centro estaba la Tierra, la segunda en la periferia de la primera, y así sucesivamente. Este complicado sistema fue ampliado cuatro siglos más tarde por Claudio Ptolomeo, y dominó a través suyo toda la edad media hasta Copérnico.

OBSERVACIÓN: Apolonio de Perga es otro ejemplo, parecido en su significación al de Aristarco, de la superioridad de la teoría científica helenística sobre sus posibilidades concretas: Apolonio ha fundado la teoría de las cónicas, que no serán utilizadas hasta Kepler.

Hiparco de Nicodemia se caracterizó por la acumulación de materia empírico preciso, mientras que por otra parte, se mantuvo muy precario en el terreno de las teorías. Su descubrimiento principal es la llamada precesión de los equinoccios en la eclíptica. Además de eso estableció un catálogo de estrellas y una lista de los eclipses de Sol y de Luna. Determinó con exactitud la duración del año solar como base del calendario y desarrolló la teoría de los movimientos de la Luna de modo más profundo que hasta entonces.
En cambio, al mismo tiempo, penetró en el mundo helenístico una nueva superstición oriental, la astrología. La superstición astrológica halló oportuno apoyo en la doctrina de la "simpatía del todo". En la práctica se hizo corriente establecer el "horóscopo" propio y de otras personas, para averiguar así la naturaleza de cada cual y, especialmente, la duración de la vida. Los "matemáticos" o caldeos que se dedicaban profesionalmente a esa actividad, fueron gente muy buscada, pero constituyeron al mismo tiempo, una casta poco apreciada y no sin razón, suspecta de intervención en todas las conspiraciones palaciegas. La astrología acabó en verdadera caricatura de la gran astronomía griega.

Matemática y mecánica: La matemática había estado íntimamente ligada a la filosofía entro los pitagóricos y en la primera Academia platónica; pero a medida que progresó fue convirtiéndose cada vez más en ciencia de especialistas y, como tal, acabó discurriendo sus propios caminos. La mecánica, relacionada con la filosofía sólo a través de la física general en sentido griego, consiguió éxitos considerables en la Antigüedad, pero sin lograr una influencia cultural revolucionaria y transformadora del mundo, como la técnica en los siglos XIX y XX. Sus descubrimientos e invenciones no pasaron de ser juegos espirituales y curiosidades que en el Renacimiento volvieron a encontrar admiradores e imitadores; pero los fecundos principios científicos de la mecánica antigua no fueron profundizados ni fecundaron la vida económica, dado que la presencia masiva de esclavos hacía inverosímil la aparición de la idea del aprovechamiento intenso de las máquinas.

Los tres matemáticos más destacados del periodo helenístico fueron: Euclides, Apolonio de Perga y Arquímedes, quien fue al mismo tiempo uno de los cultivadores de la mecánica.

Euclides: Es el autor de una de las obras más famosas de todos los tiempos: los "Elementos de la Geometría", en 13 libros. Se trata de una genial exposición deductivo-axiomática de toda la geometría conocida hasta entonces. La obra comienza con un conjunto de definiciones y postulados (o"nociones comunes"), cuyo número varía según las ediciones. Al menos cinco de los postulados son auténticos de Euclides, siendo el quinto el más famoso:
"Si una recta que corta otras dos forma con ellas ángulos internos del mismo lado que suman menos de dos rectos, esas dos rectas, prolongadas hasta el infinito, se cortan a su vez por el lado en que los ángulos suman menos de dos rectos".

Postulado que a partir del siglo XVIII se enuncia de una forma más escueta: "Por un punto exterior a una recta no se puede trazar más que una paralela a dicha recta". Es conocida la importancia de este postulado en la historia posterior de la Geometría. Por otro lado, el método euclidiano se convertirá más tarde en el "modelo" a seguir por los filósofos racionalistas. Esta obra es uno de los libros más difundidos de la historia de la literatura mundial, y hasta el siglo XIX, fue en Inglaterra libro de texto en su materia.

Apolonio de Perga se ha hecho célebre por su obra sobre las secciones cónicas. A él se deben las denominaciones de elipse, parábola e hipérbola.
Cronológicamente, entre ambos y pariente del rey Hierón II, se encuentra Arquímedes de Siracusa. Este había estudiado en Alejandría,luego vivió durante muchos años en su ciudad natal, dedicado íntegramente a la investigación rigurosamente científica, lo cual le llevó a la solución de numerosos problemas prácticos, especialmente en la construcción de máquinas para lanzar proyectiles, con las cuales, posibilitó a Siracusa una larga resistencia al cerco de Marcelo. Por último, en el asalto a la ciudad, Arquímedes murió a manos de un soldado romano, mientras, según la tradición, estaba sumido en un problema matemática. Siendo cuestor en Sicilia, Cicerón descubrió la tumba de Arquímedes descuidada y olvidada por las generaciones posteriores. Aparte de una inscripción medio borrada, la lápida tenía una esfera y un cilindro. Las dos figuras tenían evidentemente la misión de recordar el teorema desarrollado por Arquímedes en su libro "De la esfera y el cilindro": el volumen de la esfera equivale a los 2/3 del volumen del cilindro circunscrito. El propio Arquímedes había dicho que este teorema era su mayor hazaña.

Arquímedes es además, en cierto sentido, el inventor de la idea básica del cálculo infinitesimal, establecido de nuevo en nuestros días por Leibniz y Newton. Lo más conocido de Arquímedes es la ley de la palanca, cuya importancia describió él mismo con la célebre frase conservada por la tradición:"Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo". También es descubrimiento suyo el principio de la hidrostática o Principio de Arquímedes. Para explicar plásticamente el sistema solar, construyó un planetario que representaba el movimiento de los planetas alrededor del Sol. Por último, el matemático y físico, dirigió la construcción de un gigantesco barco de lujo.

Medicina: Praxágoras, descubrió el método de exploración arterial del pulso.
El gran progreso de la medicina en este período se debe a la dedicación a la anatomía, dedicación hecha posible porque los reyes helenísticos autorizaron a los científicos a practicar la disección de cadáveres humanos, severamente prohibida en tiempos anteriores. Esta autorización y su aprovechamiento prueba que todos los interesados habían las ideas supersticiosas enlazadas durante siglos con los muertos y su presunto poder, y significaron así un enorme progreso en el camino que va desde los prejuicios religiosos hasta el conocimiento real.

Herofilo de Calcedonia compuso un tratado acerca del pulso y una obra de anatomía en tres libros. Su mayor hazaña fue el descubrimiento de los nervios sensitivos, en el actual sentido del concepto, partiendo del cerebro y de la médula espinal. 



 GRECIA: INGENIEROS Y MECÁNICOS CON LAS LEYES EN LA MANO

Las máquinas ideadas por los griegos fueron posibles en parte gracias al empeño de los clásico por entender y aplicar los principios elementales de la física y de la mecánica.

La civilización griega, base cultural de Occidente junto con la romana, fue prolija en hallazgos técnicos, muchos de los cuales sentarían cátedra en la historia: Grecia fue cuna de ese genio Universal que fue Arquímedes -formuló la ley de la palanca e ideó un tornillo helicoidal para extraer agua- sin olvidar a Ctesibios y a Herón de Alejandría, quienes introdujeron principios mecánicos de gran importancia. La escuela de Alejandría reunía un elenco de sabios griegos de todas las ramas del saber, incluida la mecánica, que se nutrió de las aportaciones de matemáticos y geómetras. Y para hacer la guerra, los helénicos idearon máquinas de asedio que, sin grandes cambios continuarían utilizándose en las contiendas medievales.

A continuación se muestran unos ejemplos de los inventos llevados a cabo por los clásicos y cuya utilización se ha alargado -si bien de forma mejorado- en los siglos posteriores y aún en nuestros días.

-S. XI ac: El telégrafo de teas.
Clitemnestra, esposa de general griego Agamenón, pudo enterarse rápidamente de la caída de Troya -1084 ac.- a pesar de estar en ese momento a centenares de Km. del frente. La fatal noticia se comunicó mediante un telégrafo ideado por los griegos y utilizado muchos siglos más tarde por los indios americanos: sobre montículos visibles y distantes entre sí, se encendían hogueras con ramas u otros materiales de fácil combustión y se transmitían los mensajes mediante señales de humo o antorchas. El telégrafo de teas evolucionó, a partir del siglo II ac., hacia otro con señales luminosas que por primera vez en la historia, formaba un código alfabético. Los romanos adoptarían este mismo sistema y construyeron numerosas torres telegráficas.

 S. IV ac: Poleas y Palancas.
La polea, una rueda acanalada por la que pasa una cuerda, irrumpió tarde en la historia, a pesar de tratarse de un instrumento más bien simple. La referencia más antigua aparece en un relieve asirio del año 800 ac, pero fue en el siglo IV ac cuando los griegos popularizaron su uso para desplazar o elevar sin esfuerzo objetos pesados, tal como hoy se hace.
No menos decisivo fue el invento de la palanca. Aunque ya se utilizaba en Egipto y Mesopotamia para elevar agua, Arquímedes fue el primero en enunciar el principio que la rige. Al descubrirlo exclamó: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo".

 S. IV ac: Catapulta
Fue la guerra del Peloponeso, que enfrentó a Atenas y Esparta en el siglo V ac, la que marcó el punto de partida en la evolución de las máquinas griegas de asedio. Las escalas móviles y los Arietes para batir murallas se hicieron habituales en la tecnología militar de aquella época, al igual que las rampas y torres de asalto.
 En la ciudad de Siracusa (Sicilia), los griegos desarrollaron, poco después del año 400 ac, la catapulta de torsión, primer arma de largo alcance capaz de lanzar objetos pesados: piedras, flechas o proyectiles incendiarios elaborados con mezclas de azufre, incienso, estopa, alquitrán y virutas, según una descripción del año 360 ac
Aunque el gran tamaño de aquellas máquinas dificultaba enormemente su traslado y manejo -los tendones elásticos, cuyo grosor se calculaba en función del proyectil, debían ser tensados por varios hombres- su diseño básico permaneció intacto hasta bien entrada la Edad Media.

 S. III ac: El faro.
Como expertos navegantes que eran, no resulta extraño que fueran los griegos quienes edificaran los primeros faros, torres con una fuente de luz, el fuego, en su parte más alta, para servir de referencia a los navíos. Aunque Homero afirmaba que ya existían en fechas tan remotas como el siglo IX ac, el faro irrumpe oficialmente en la historia en el siglo III ac. El celebérrimo Coloso, una de las maravillas de la antigüedad, se erigió en la isla de Rodas en el 280 ac y fue destruido 60 años después por un terremoto. Sus 30 metros de altura fueron superados con creces por el de Alejandría, construido en la misma época bajo el reinado de Ptolomeo II Filadelfo. Estaba ubicado en la isla de Pharos, de la que toma el nombre, y medía más de 100 metros de altura. Al igual que en el Coloso, en su parte más alta ardía fuego de manera constante. Los romanos, en su mejor tradición de aprovechar los avances griegos, instalaron numerosos faros que salpicaban las costas desde el Atlántico al mar Negro.

 S. III ac: Tornillo sin fin.
Quizás el invento más importante atribuido a Arquímedes (287-212 ac) sea el tornillos sin fin, al que Galileo calificaría de "milagroso". Su utilidad era la de extraer o elevar agua rápidamente y sin dificultades. Para ello, el genial sabio griego ideó un cilindro hueco con varios compartimentos en forma de hélice que, al rotar accionado por un prototipo de manivela, permitía el ascenso del líquido hasta su salida por la parte superior del tornillo. Para cumplir su función, el cilindro debía sumergirse parcialmente en el agua y situarse con la inclinación adecuada. Hoy, el denominado tornillo de Arquímedes forma parte de numerosos dispositivos mecánicos.




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