EL UNIVERSO Y SUS
ALREDEDORES
Al hombre no le basta con
formar parte de la realidad: necesita además saber que está en un mundo y se
pregunta inmediatamente: ¿QUÉ ES UN MUNDO?
Un entorno de sentido, un
marco dentro del cual todo guarda cierta relación y resulta relevante de modo
explicable. La idea de mundo tiene varios niveles:
1)
“mi” mundo: familia, amigos, etc
2)
“mi” ambiente social y cultural
3)
“mi” país y su región
4)
Escala planetaria: sistema solar, vía láctea
5)
Universo
Este recorrido va desde “mi
cama” hasta el universo. Entonces nos preocupa más la luz de mi cuarto que los
agujeros negros.
Pero también somos
conscientes de que somos parte de un universo y surgen preguntas: ¿de qué está
hecho? ¿es finito o infinito? ¿cómo empezó?
Son los primeros
interrogantes que se hicieron los filósofos antiguos. En los viejos tiempos,
las explicaciones sobre el universo sería siempre en forma de mitos: los astros
eran los dioses, la Tierra también y los volcanes, los mares o los animales.
Las divinidades y los
ancestros míticos representaban también ideas, en el sentido de lo definido por
Spinoza: “LAS IDEAS NO SON OTRA COSA QUE NARRACIONES MENTALES DE LA
NATURALEZA”.
Tales ideas míticas son a
veces son a veces muy profundas, muy sugestivas y sin duda capaces de ayudarnos
a tomar mejor en cuenta lo que el mundo significa mentalmente para nosotros.
Los primeros filósofos
acudieron a elementos impersonales que explican la realidad. Tales en vez de
hablar de Océanos o Tetis dijo “todo está hecho de agua”.
Esto trajo consecuencias
revolucionarias: ¿por qué?
No por la “verdad” que
dicen sino porque:
- no son meras repeticiones
de una tradición
- expresan un punto de
vista personal, tienen “firma”
- acuden a formas no
antropomórficas o intelectuales, despersonalizadas (inteligencia cósmica en
Anaxágoras)
- las propuestas
filosóficas siempre hacen una distinción fundamental entre las apariencias
brindadas por los sentidos y la realidad que sustenta esas apariencias.
- los mitos no pueden ser
argumentados o debatidos por quienes los asumen. Las ideas filosóficas nacen
por y para la controversia.
La mayor parte de los filósofos
griegos creyeron en un universo como una totalidad nítidamente perfilada y
distinta al agregado de sus partes, acerca de la cual cabe plantearse interrogantes
específicos.
Para los primeros filósofos,
el universo era un gran Objeto del que todos los demás objetos no son más que
sus componentes.
Otra de las preguntas que
se plantearon fue ¿hay un orden?
Para la mitología griega el
cosmos (orden) surge de Caos. Heráclito, unos de los primeros filósofos,
afirmaba:
“Tal como un revoltijo de
desperdicios arrojados al azar es el orden más hermoso, como también el cosmos”.
Aquí parece sugerir irónicamente
que el orden cósmico se parece más bien al de un montón de cosas azarosamente
acumuladas.
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