PARA PENSAR UNIDAD
I. T.P1
Hablar de filosofía es siempre entablar una conversación
compleja. Ya sea porque en general se piensa que la filosofía es una actividad
aburrida o complicada, ya sea porque se considera que está reservada para unos
pocos intelectuales, o porque se ve en ella una maraña compleja de pensamientos
inabordables, el tratamiento filosófico de un tema suele ser evitado de manera
expresa. Sin embargo, considerar la filosofía de esta manera es una forma de
ignorar realmente de qué se trata.
Si hay algo que todo el mundo sabe de la filosofía es que
está relacionada con los antiguos griegos, y que Sócrates, Platón y Aristóteles
fueron los más reconocidos filósofos de la Grecia Clásica, la que abarca los s.
V y IV a.c. como noble hija de padres griegos su nombre proviene justamente de
este idioma.
Filosofía es un término compuesto de dos palabras griegas:
“philos”, que significa amor, afección a y también amistad, y “sophia”, que
quiere decir saber, conocimiento. Si decimos solamente esto, se pensará que
ella se ocupa de aumentar el saber, de intentar conocer todo el tiempo más, y
el filósofo será alguien enamorado del saber, ávido de conocer, y que siente
necesidad de saber siempre más y nunca se satisface con lo que sabe. En parte
esta conclusión es correcta; pero si decimos solo esto, corremos el riesgo de
pensar que el filósofo es un erudito, es decir, una persona centrada solamente
en incrementar la cantidad de datos o de información que posee, o en
especializarse en todas las ciencias y conocimientos, y eso no es exactamente
un filósofo. Se trata mejor, de alguien que sabe de la reflexión una actividad
central de su vida. Utilizamos aquí el término reflexión en un sentido primario
es decir, aquel que menciona un reflejo como si fuera un espejo. Reflexionar
quiere decir mirarse a sí mismo en gesto de flexión, en un movimiento sobre uno
mismo, un repliegue interior en el que uno se pone frente a si mismo para
observar, así, sus ideas, opiniones, pensamientos. Si reflexionamos sobre el sentido
de la vida, por ejemplo, el ejercicio consistirá en percibir qué es lo que
pensamos nosotros mismos sobre él. Y es por esto que la reflexión implica
siempre cuestionamiento: ¿qué pienso que es la vida? ¿en qué creo que consiste
la existencia?
La filosofía, entonces, es la actividad teórica en sentido
propio, ya que originalmente teórico significa de contemplación o de
observación; entonces, cuando decimos que la filosofía es una actividad
teórica, queremos decir que toma distancia respecto de la realidad, que intenta
observarla y hacer un juicio crítico sobre ella, explicando el orden que tiene
y estableciendo relaciones entre sus partes.
Para realizar este trabajo crítico el filósofo se plantea
preguntas, el tipo de preguntas que el filósofo formula no pueden ser
respondidas por la ciencia ni por las fórmulas que provienen del sentido común,
porque la filosofía se pregunta acerca de las cosas más básicas y anteriores al
cuestionamiento científico y además su pregunta supone un ejercicio riguroso de
la reflexión hasta sus últimas consecuencias.
La filosofía cuestiona, pregunta, pide argumentaciones y
demostraciones de lo que sostiene. No se conforma con lo que otros dicen y
busca sus propias razones.
La filosofía es un sabes sin supuestos, es decir, no supone
que las cosas son como aparentan o como otros nos dijieron, sino que cuestiona
absolutamente todo.
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