sábado, 13 de junio de 2015

UNIDAD III. LA CIENCIA EN LA ACTUALIDAD


LA CIENCIA EN LA ACTUALIDAD

El modelo newtoniano de la ciencia y la comprensión del mundo físico nacida de él, se mantuvieron a lo largo de gran parte del s XIX. A finales de ese siglo comenzaron a producirse cambios que llevaron a una nueva visión de la ciencia.
Aparece la figura del científico especializado que trabajo en una institución y comparte sus conocimientos con otros de otras instituciones.

Comienza así la separación definitiva de la filosofía y existe un optimismo creciente sobre el valor de la ciencia a la que se considera capaz de resolver todos los problemas humanos y hacer posible una vía de bienestar indefinido.

Las geometrías no euclidianas o curvas desarrolladas por Lobatchevski y Riemann obligaba a replantear la existencia de un espacio absoluto y como se derivaba del sistema de Newton.
Por las más radicales transformaciones llegaron los descubrimientos de microfísica y la teoría de la relatividad. A partir de los descubrimientos de los rayos X y de los fenómenos de la radiación comenzaron a construirse una nueva física cuya pieza clave es la consideración de que la energía no se trasmite como un continuo sino como unidades o bloques llamados cuantos.

Mecánica cuántica≈ Planck, Bohr y Heisenberg, daban una explicación del mundo físico en la que la probabilidad juega un papel fundamental. Se pierde la idea de conexión causal. Las leyes de Newton funcionaban solo en entidades macroscópicas.


Teoría de la relatividad≈ plantea la constancia de la velocidad de la luz como sistema de referencia de toda posible medida. Esto produjo un quiebre de la noción espacio-tiempo tal y como eran necesarios en la física de Newton.

LA CIENCIA ACTUAL texto de análisis

TEXTO 1: La cosmología newtoniana-cartesiana se establecía, pues, como el fundamento de una nueva cosmovisión. A comienzos del s XVIII, toda persona culta de Occidente sabía que Dios había creado el universo como un sistema mecánico complejo, compuesto de partículas materiales que se movían en un espacio neutral infinito de acuerdo con unos pocos principios básicos, como la inercia y la gravedad, matemáticamente analizables. En este universo, la Tierra se movía alrededor del Sol, que era una de las estrellas entre una multitud de estrellas, así como la Tierra era un planeta entre muchos otros planetas, y ni el Sol ni la Tierra eran el centro del universo. Un conjunto único de leyes físicas gobernaba tanto el reino celeste como el terrestre, que, en consecuencia, dejaban de ser fundamentalmente distintos, pues así como los cielos estaban formados por sustancias mecánicas, así también sus movimientos tenían como causas fuerzas mecánicas naturales.

R. Tarnas, La pasión del pensamiento occidental.

TEXTO 2: Para dar idea de la atmósfera de optimismo general que se fue fraguando en esta época, baste señalar que, frente a las aplicaciones técnicas que día a día aportaban nuevas sorpresas, incluso el hombre de la calle llegó a convencerse de que la ciencia había hallado el camino idóneo en su estudio de la naturaleza, y acarició la esperanza de que, prosiguiendo en el mismo, sería posible, por fin, resolver todos los problemas. La antigua desconfianza hacia las investigaciones matemáticas y experimentales –alimentada por “las filosofías de la naturaleza” de todo tipo idealistas- fue substituida por una auténtica veneración, un entusiasmo –a menudo infantil- que en algunos casos hizo que se viera en la ciencia la verdadera religión de los tiempos modernos.
L.Geymonat, Historia de la filosofía y la ciencia

TEXTO 3: Si los fenómenos visibles pueden describirse convenientemente a través de la física clásica –término que incluye la de Einstein- y, por tanto, podemos comprenderlos, aunque sea con un esfuerzo de atención, cuando pasamos al nivel invisible de los átomos y las partículas hay que cambiar totalmente de registro y utilizar una técnica original: la física cuántica. Esta es el máximo ejemplo de una teoría que se ha hecho imprescindible para los físicos en su conjunto: describe a la perfección el mundo de lo infinitamente pequeño. Pero su complejidad hace que se escape a la compresión de la mayoría de nosotros.

Su importancia ya no se discute: desempeña un papel esencial en las explicaciones de los procesos que organizan la materia, tanto inerte como viva, desde lo que sucedió en el comienzo del universo, en el big bang, hasta la forma de interactuar de las partículas en el interior de los átomos o de las proteínas en nuestras células.

La física cuántica permitió entender los fenómenos esenciales de la química y le dio un nuevo impulso. Ofreció nuevas explicaciones sobre las propiedades de los cuerpos sólidos, con lo que permitió, por ejemplo, la aparición de los transistores. El láser se basa en un fenómeno puramente cuántico. La mecánica cuántica también interviene en incontables procesos prácticos, desde la televisión hasta la genética. Constituye el fundamento de la mayoría de los progresos recientes en electrónica, informática, física del estado sólido, óptica láser, física nuclear, química o biología molecular, Ha revolucionado la forma de comprender los sistemas compuestos de muchos elementos idénticos. Permite acceder al orden oculto que rige las cosas y da una explicación coherente del universo. (…)
Tal vez el cerebro humano está hecho, desde hace milenios, de tal manera que no comprende instintivamente más de lo que ocurre en el mundo que le trasmite sus sentidos, en un espacio reducido a tres dimensiones. Cuando se le describe el universo extravagante de la física cuántica, el cerebro del hombre medio no puede comprenderlo más que a través de un violento esfuerzo, que no todo el mundo está dispuesto a hacer.
R. Clarke. Los nuevos enigmas del universo

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