LA CIENCIA EN LA ACTUALIDAD
El modelo newtoniano de la
ciencia y la comprensión del mundo físico nacida de él, se mantuvieron a lo
largo de gran parte del s XIX. A finales de ese siglo comenzaron a producirse
cambios que llevaron a una nueva visión de la ciencia.
Aparece la figura del científico
especializado que trabajo en una institución y comparte sus conocimientos con
otros de otras instituciones.
Comienza así la separación
definitiva de la filosofía y existe un optimismo creciente sobre el valor de la
ciencia a la que se considera capaz de resolver todos los problemas humanos y
hacer posible una vía de bienestar indefinido.
Las geometrías no euclidianas o
curvas desarrolladas por Lobatchevski y Riemann obligaba a replantear la
existencia de un espacio absoluto y como se derivaba del sistema de Newton.
Por las más radicales
transformaciones llegaron los descubrimientos de microfísica y la teoría de la
relatividad. A partir de los descubrimientos de los rayos X y de los fenómenos
de la radiación comenzaron a construirse una nueva física cuya pieza clave es
la consideración de que la energía no se trasmite como un continuo sino como
unidades o bloques llamados cuantos.
Mecánica cuántica≈ Planck, Bohr y
Heisenberg, daban una explicación del mundo físico en la que la probabilidad
juega un papel fundamental. Se pierde la idea de conexión causal. Las leyes de
Newton funcionaban solo en entidades macroscópicas.
Teoría de la relatividad≈ plantea
la constancia de la velocidad de la luz como sistema de referencia de toda
posible medida. Esto produjo un quiebre de la noción espacio-tiempo tal y como
eran necesarios en la física de Newton.
LA CIENCIA ACTUAL texto de análisis
TEXTO 1: La cosmología newtoniana-cartesiana se establecía,
pues, como el fundamento de una nueva cosmovisión. A comienzos del s XVIII,
toda persona culta de Occidente sabía que Dios había creado el universo como un
sistema mecánico complejo, compuesto de partículas materiales que se movían en
un espacio neutral infinito de acuerdo con unos pocos principios básicos, como
la inercia y la gravedad, matemáticamente analizables. En este universo, la
Tierra se movía alrededor del Sol, que era una de las estrellas entre una
multitud de estrellas, así como la Tierra era un planeta entre muchos otros
planetas, y ni el Sol ni la Tierra eran el centro del universo. Un conjunto
único de leyes físicas gobernaba tanto el reino celeste como el terrestre, que,
en consecuencia, dejaban de ser fundamentalmente distintos, pues así como los
cielos estaban formados por sustancias mecánicas, así también sus movimientos
tenían como causas fuerzas mecánicas naturales.
R. Tarnas, La pasión del pensamiento occidental.
TEXTO 2: Para dar idea de la atmósfera de optimismo general
que se fue fraguando en esta época, baste señalar que, frente a las
aplicaciones técnicas que día a día aportaban nuevas sorpresas, incluso el
hombre de la calle llegó a convencerse de que la ciencia había hallado el camino
idóneo en su estudio de la naturaleza, y acarició la esperanza de que,
prosiguiendo en el mismo, sería posible, por fin, resolver todos los problemas.
La antigua desconfianza hacia las investigaciones matemáticas y experimentales
–alimentada por “las filosofías de la naturaleza” de todo tipo idealistas- fue
substituida por una auténtica veneración, un entusiasmo –a menudo infantil- que
en algunos casos hizo que se viera en la ciencia la verdadera religión de los
tiempos modernos.
L.Geymonat, Historia de la filosofía y la ciencia
TEXTO 3: Si los fenómenos visibles pueden describirse
convenientemente a través de la física clásica –término que incluye la de
Einstein- y, por tanto, podemos comprenderlos, aunque sea con un esfuerzo de
atención, cuando pasamos al nivel invisible de los átomos y las partículas hay
que cambiar totalmente de registro y utilizar una técnica original: la física
cuántica. Esta es el máximo ejemplo de una teoría que se ha hecho
imprescindible para los físicos en su conjunto: describe a la perfección el
mundo de lo infinitamente pequeño. Pero su complejidad hace que se escape a la
compresión de la mayoría de nosotros.
Su importancia ya no se discute: desempeña un papel esencial
en las explicaciones de los procesos que organizan la materia, tanto inerte
como viva, desde lo que sucedió en el comienzo del universo, en el big bang,
hasta la forma de interactuar de las partículas en el interior de los átomos o
de las proteínas en nuestras células.
La física cuántica permitió entender los fenómenos esenciales
de la química y le dio un nuevo impulso. Ofreció nuevas explicaciones sobre las
propiedades de los cuerpos sólidos, con lo que permitió, por ejemplo, la
aparición de los transistores. El láser se basa en un fenómeno puramente
cuántico. La mecánica cuántica también interviene en incontables procesos
prácticos, desde la televisión hasta la genética. Constituye el fundamento de
la mayoría de los progresos recientes en electrónica, informática, física del
estado sólido, óptica láser, física nuclear, química o biología molecular, Ha
revolucionado la forma de comprender los sistemas compuestos de muchos
elementos idénticos. Permite acceder al orden oculto que rige las cosas y da
una explicación coherente del universo. (…)
Tal vez el cerebro humano está hecho, desde hace milenios, de
tal manera que no comprende instintivamente más de lo que ocurre en el mundo
que le trasmite sus sentidos, en un espacio reducido a tres dimensiones. Cuando
se le describe el universo extravagante de la física cuántica, el cerebro del
hombre medio no puede comprenderlo más que a través de un violento esfuerzo,
que no todo el mundo está dispuesto a hacer.
R. Clarke. Los nuevos enigmas del universo
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